PEDAGOGIA
Pedagogía educativa
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Pedagogía eclesiática
LA PEDAGOGÍA DE LA INTERROGACIÓN
Salomón Vásquez Villanueva
Contenido
-1. Introducción
-2. Inportancia de la interrogación
-3. Recomendaciones para realizar las preguntas
-4. Las mejores interrogantes
1.Introducción
La comunicación es muy importante en las relaciones humanas. La buena comunicación produce placer, se desarrolla en un ambiente ameno, lleno de deseos, aspiraciones recíprocas y ganas de que no se termine. Generalmente, la comunicación con estas características se desarrolla en el entorno de los amigos, quienes son los más cercanos. Se hace extrañar en todos los espacios.
En la escuela, el colegio, la universidad, los comunicantes son los profesores y los alumnos. ¿Cómo se desarrolla la comunicación pedagógica? De la pedagogía, no sólo pende el aprendizaje sino el placer y el encanto imprescindibles en dicho proceso.
En el espacio de la iglesia, en la Escuela Sabática, ¿cómo se desarrolla la comunicación pedagógica? La pedagogía ha sido bastante descuidada, abunda la exposición, el discurso, ambos tienen un solo sentido, solamente una dirección: del maestro hacia el alumno, quien ha sido sentenciado, convertido en receptor totalmente pasivo. Por esta razón, la relación y la comunicación, a más de circunstanciales, carecen de motivación; de este modo, la comunicación no resulta amena, tampoco activa, no es participativa, de acuerdo con los requerimientos pedagógicos, solamente actúa el profesor, el maestro y nunca los alumnos, equivale a un sermón.
2. Importancia de la interrogación
Las interrogantes –muy importantes para la comunicación, esenciales para el aprendizaje –benefician grandemente a los alumnos; permite y cuantifican la participación, posibilitan la intervención de los mismos. La interrogación, en este sentido, se ha convertido en una técnica didáctica, facilita el mejor aprendizaje, la reflexión. Motiva, faculta y posibilita la intervención de los alumnos. Constituye un recurso pedagógico. Incluso puede ser trabajado en calidad de método.
3.Recomendaciones para realizar las preguntas
a.Hacer la pregunta en forma clara y precisa. Nunca una pregunta debe prestarse a doble interpretación, a varias respuestas diferentes. Si existen varias respuestas, éstas deben ser, obligatoriamente, semejantes.
b. Repetir la pregunta en forma clara y precisa. La repetición de la pregunta genera la asimilación y la concentración en la misma. Jamás cambiar y/o modificar la pregunta, porque cada pregunta exige su propia respuesta. No hacer de la interrogación una metralleta de preguntas. Jamás resulta recomendable el bombardeo de preguntas.
c. Dejar un tiempo mínimo. Después de formulada la pregunta, se recomienda un lapso de medio minuto máximo, en inevitable condición de vacío reflexivo para todos los interlocutores.
d. Hacer la pregunta sin mencionar nombre alguno. Cometen un error quienes toman el nombre del alumno antes de hacer la pregunta. Hay que hacerla al conjunto, luego referir el nombre del receptor, en forma amigable y llena de inspiración para ensayar la respuesta. Nunca referir el nombre primero y luego hacer la pregunta, es peligroso: crece el nerviosismo y lo domina, se nubla, no se concentra en la pregunta, se bloquea emocionalmente. Así huyen los miembros de la clase.
e. Dirigir la pregunta a los demás. Luego de la respuesta, felicitar si es correcta; si no es correcta, canalizar la pregunta hacia los demás, preguntar a otro u otros, hasta hallar la respuesta requerida y "correcta". Constituye un peligro constante decirle que ha fallado a quien contesta lejos de lo esperado: se lastima, se atenta contra su autoestima. De esta manera, nunca se motiva la participación, se mata, se frustra.
f. Felicitar las participaciones. Se gana muchísimo, aunque las respuestas no hayan sido acertadas, correctas. Interesa mucho la participación, la experiencia de la comunicación, con el correr del tiempo se aprende y se madura en la intervención y en la calidad de la respuesta.
4. Las mejores preguntas
Existe un gran conjunto de preguntas en el terreno de la pedagogía y la comunicación. Para el aprendizaje, las mejores preguntas son:
a. ¿Qué?
b. ¿Para qué?
c. ¿Por qué?
d. ¿Cómo?
La primera pregunta nos permite saber el contenido, lo que se ha aprendido. Nos lleva frecuentemente –claro, según la forma como se plantee– a la memorización, a la reproducción de lo que se ha leído, de lo que se ha aprendido. Asimismo, nos conduce al encuentro con los conceptos, la reflexión, la opinión.
Ejemplos de memoria, repetición
¿Qué has aprendido en la clase anterior?
¿Qué le dijo Jesús a la mujer samaritana?
Ejemplos de interpretación
¿Qué significa "vosotros sois la sal del mundo"?
¿Qué significa el "mayor"?
¿Qué quiere decir "el camino, la verdad y la vida"?
Ejemplos de conceptos o concepciones
¿Qué es el hombre?
¿Qué es el mundo?
Ejemplos de reflexión
¿Qué lecciones ha extraído de la lectura?
¿Qué valores has encontrado en la lectura?
¿Qué ejemplos positivos de Job compartirás con los demás?
Ejemplos de opinión
¿Qué opinión tienes sobre lo dicho, lo leído?
¿Qué idea desarrolla la planificación en ti?
¿Qué opinión te merece el juego de la selección?
¿Qué opinión tienes sobre el trabajo del gerente?
La segunda pregunta se relaciona con la importancia, la finalidad, el propósito, la meta; el beneficio y los beneficiarios.
Ejemplos
¿Para qué sirve el hombre?
¿Para quiénes sirven los valores?
¿Para qué sirven los valores?
¿Para qué vino Jesús a este mundo?
Se producen errores bastante estandarizados cuando utilizamos "qué". El error se produce cuando utilizamos mal la preposición "de" en vez de "para".
Ejemplo del uso incorrecto
¿De qué te sirve ese material?
Ejemplo del uso correcto
¿Para qué te sirve ese material?
La tercera pregunta (¿Por qué?) nos permite hallar las causas, las razones, los motivos. No confundir con ¿para qué? Muchas veces se pregunta ¿por qué? Y se contesta con "el para qué". Es un error, jamás preguntar "¿ por qué es importante el agua?" Con esta pregunta no se persigue la causa sino la importancia. En efecto, la pregunta correcta es "¿para qué es importante el agua?"
Ejemplos del uso incorrecto
¿Por qué el policía cuida a la puerta?
Para que no entren quienes tiene acceso prohibido.
¿Por qué el padre castiga a su hijo?
Para que sea obediente y no fracase en el futuro.
Ejemplos del uso correcto
¿Por qué el policía cuida a la puerta?
Porque hay mucha inseguridad, porque hay bastante delincuencia.
¿Por qué el padre castiga a su hijo?
Porque ha desobedecido, porque se ha comportado pésimamente mal.
La pregunta ¿cómo? tiene dos sentidos: uno referido a los procedimientos, la metodología, la estrategia; el otro, relacionado con la forma, el modo, la comparación, la semejanza, la metáfora, el símil.
Ejemplos referidos a los procedimientos
¿Cómo hizo la tarea?
¿Cómo realizó el trabajo?
¿Cómo elaboró el proyecto?
¿Cómo realizó la exposición?
Ejemplos referidos a la metodología
¿Cómo desarrolló su clase?
¿Cómo ha desarrollado su aprendizaje?
Ejemplos referidos a los modos (formas)
¿Cómo ascendió Jesús?
¿Cómo lloró el hombre?
Ejemplos de comparación, semejanza
¿Cómo actúa Satanás?
¿Cómo actúa Jesús?
Otras interrogantes
a. ¿Con qué?
b. ¿Cuándo?
c. ¿Dónde?
d. ¿Con quién?
La pregunta ¿con qué? nos lleva a los medios, los materiales, los instrumentos, los recursos.
Ejemplos
¿Con qué trabajó?
¿Con qué hizo la casa?
La pregunta ¿cuándo? se refiere, indudablemente, al tiempo; y la pregunta ¿dónde? al lugar, el espacio, la oficina.
Ejemplos
¿Cuándo dijo?
¿Cuándo llegó?
¿Dónde trabaja?
¿Dónde actuará?
La pregunta ¿con quién? se refiere al acompañante.
Ejemplo
¿Con quién trabaja el padre?
¿Con quién realizó el trabajo?
En conclusión, hacer las preguntas en forma correcta y precisa es muy importante, así se canalizan el pensamiento y las respuestas orientados hacia el logro de los objetivos propuestos. Se logra la motivación y la intervención de los interlocutores, en forma amena, placentera y nutritiva para el intelecto.
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